sábado, 17 de mayo de 2008

Chascomús, Buenos Aires, Argentina

“Chascomús lo tiene todo”, era el slogan que se leía en los carteles algunos kilómetros antes de llegar, sobre la ruta 2,hace unos años, y si que era cierto!.
La ciudad de Chascomús se encuentra ubicada a pocos kilómetros de la ciudad de La Plata, se accede por la ruta 2, distante unos aproximadamente 100 Km. de nuestra ciudad.
Existen lugares históricos para visitar como la Plaza de la Independencia, Casa de Casco, Iglesia Catedral Nuestra Sra. de l Merced, el edificio de Banco Nación, Palacio Municipal, Club de Pelota, Museo Pampeano, la Capilla de los Negros, Castillo de la Amistad en el monte Broun, etc.
Para los que quieran pasar un fin de semana, hay muchas opciones en cabañas, apart hotel, hoteles, casas de campo y estancias.
Chascomùs es un lugar especial, tiene cosas de un pueblo del interior y otras de una gran ciudad. Se entremezclan todo el tiempo construcciones antiguas con modernas casas, negocios sacados de otra época con modernos comercios de marcas reconocidas, y vehículos de ultima generación pero que no quieren dejar de dar la famosa “vuelta del perro”, cita obligada de todas las tardes, la misma que crispa los nervios a los forasteros, y es justamente ése un síntoma mas para darse cuenta que no son del lugar.
Hay tanto para decir de Chascomùs, que no quisiera olvidarme de nada. En principio, el gran atractivo, es la laguna, con dimensiones insospechadas, buscada por mucha gente para realizar deportes náuticos y pescar. Todos los fines de semana se congregan miles de personas de otros lugares, también de La Plata y de Buenos Aires en busca de ese tan preciado lugar de esparcimiento, ya que mientras unos andan en moto de agua, otros pescan y otros solo toman mate al sol. Es un espacio de encuentro en donde hay lugar para todos, para grandes, jóvenes y chicos. Es uno de los pocos lugares que he visto que conviven varias generaciones en un mismo lugar sin molestarse.
Los fines de semana podemos visitar la feria de artesanías, en un predio al aire libre frente a la laguna, en esta feria, que nada tiene que envidiarle a la tan famosa de El Bolsón, ya que cuenta con artesanos de gran poder creativo y de calidad, también podemos encontrar demostraciones de danza, y canto.
Hay mucha música, alegría, pesca, ajedrez, mate, y charlas infinitas hasta la caída del sol, que por cierto es sobre la laguna y bellísima.
Pero si algo bueno tiene Chascomús, y me hace volver, es su gente, y no sólo mis amigos con los que compartimos el “matambrito tiernizado” y charlamos horas porque nos conocemos y queremos, también con la otra gente, con sus amigos, los que los recibieron con los brazos abiertos cuando llegaron un día para quedarse y que ahora también nos reciben a nosotros, nuevamente, con los brazos abiertos.

La Habana, Cuba

No solo es La Habana la capital de Cuba, es para mi una de las ciudades más atractivas de mundo.
Es centro de vida económica, comercial y social del país, y donde los cubanos, según me contaban se sienten menos controlados y un poquito mas libres.
Y si bien ya no ostenta el esplendor que alguna vez tuvo, cada calle, cada rincón, tiene su historia.
En la zona de avenidas amplias y elegantes, la ciudad antigua y monumental, ahora aparece descascarada y vieja.
El malecón y los edificios que lo enfrentan son maravillosas construcciones que parecen a punto de caerse, a pesar de los planes de recuperación que no alcanzan a frenar el deterioro que les provocaron tantos años de no poder siquiera pintarlos.
Pasar unos días en La Habana alcanza para ver la parte vieja con su Catedral y su plaza, donde en sus barcitos podemos disfrutar un daikiri, su maravillosa calle Obispo muy llena de turistas, el hotel Ambos Mundos donde Hemingway se alojaba en el 5° piso, la Bodeguita del Medio donde tomaba los famosos mojitos, el Floridita.
También tomar distancia y apreciarla desde la fortaleza de san Carlos de la Cabaña donde una Habana iluminada y majestuosa aparece y nos sorprende con una belleza inesperada y sin fisuras, y donde, después de disfrutar de la ceremonia del cañonazo se puede descubrir la oficina que usaba el comandante, como ellos lo llaman con respeto y devoción.
En la Habana de callecitas angostas, donde se puede hablar casi de balcón a balcón, las casas están siempre abiertas y uno las recorre mirando desde afuera. La música en sus calles, no falta nunca, aparece sola y transforma todo en alegría.
Y otra cosa que no falta es la charla deliciosa con sus habitantes, tan gentiles y dispuestos siempre, tan educados y con tanta curiosidad. La mayoría de ellos nunca salio del país, muchos ni siquiera conocen Varadero o lugares de su isla tan famosos en el mundo entero.
Solo tienen acceso a Internet tres de cada 100 cubanos por lo tanto el turista es una ventana al mundo. Y ellos aprecian la posibilidad de contar de sus privaciones pero también de sus sueños, que los tienen y por los que deben seguir esperando.
Podemos pasear en cocotaxis, o en un Plymouth de los años 40, o en un moderno autobús.
Podemos conocer el monumental Capitolio, el Hotel Nacional, el edificio Bacardi, la Plaza de la Revolución.
Pero para disfrutarla hay que recorrerla con ojos bondadosos, sin ahondar demasiado para no ver las grietas.
Y acá no solo estoy hablando de sus construcciones, también pienso en su pueblo, pobre y rico, libre y oprimido, con unas tremendas ganas de volar un poquito más lejos sin poder siquiera pronunciarlo en voz alta, y a la vez confiando y esperando…

Datos útiles: recorrerla en los meses de invierno es agobiante por las altas temperaturas, en verano se vuelve casi imposible.
Si desea escribirnos: salimostg@yahoo.com.ar
Visite: www.salimosviajesymas.blogspot.com